Casualidades?
23 de diciembre de 2016 (1:05 pm). Hay que desayunar /
almorzar algo, el alicoramiento de la faena anterior era propio de la época de la democracia en
Venezuela, tal vez era, o así se sentía por la añoranza del verdadero país de
hace apenas una década y algo más cuando existía navidad, aún no nos la habían
secuestrado.
Más que una celebración navideña, la sensación, era y es
de los venezolanos una manifestación de añoranza y luto, una petición
colectiva, cada vez menos tácita, cada vez mucho más expresa de que hay que
recuperar no solo nuestra navidad sino nuestro país.
Pasando por Plaza Venezuela, suena el teléfono: “Doc. ¿Qué
comemos? ¿Por dónde anda?” ¿Qué le parece Da Guido?”; “perfecto. En 15 minutos
allí”.
No creo necesario comentar aquí lo cutre y destruido de
la ciudad de Caracas, en especial la zona de plaza Venezuela y Sabana Grande,
otrora fastosos foros de la navidad caraqueña, lo que agrava más y pone en
mayor evidencia la situación de su secuestro, pero lo cierto es que el local
ese día particular fue un mayor oasis dentro de tal cutricidad y ruina en que
se encuentra la ciudad, no solo estructural y arquitectónicamente, sino en su
alma, su espíritu, en la caraqueñidad y que lastimosamente ha devenido en
caraqueñaje (RCC dixit)
En fin, consomé, par de frías para hacer más llevadero el
cierre de la rutina de la noche anterior. No nos detendremos en la comida, como
siempre muy buena, la atención espectacular. El tema, el comensal de al lado,
nuestro amigo Rigo, buena conversación.
Llegó el momento de elegir, café o postre, y la sabia intervención: “Solo la cuenta por
favor”, se dirige hacia Ramón y a mí: “caminemos Sabana Grande, comamos unos
golfeados en Pan 900”, “creo que la ocasión es apropiada, el caminar por el
Boulevard es una de las prácticas navideñas del caraqueño que se han perdido, o
no las han robado, al cual como hemos sido testigo de recientes expolios en la
zona”.
A pesar de la cercanía de ambos lugares, inicialmente
no pudimos encontrar el lugar, entre
otras cosas porque al parecer los carteles de identificación se los han robado.
Pero lo bueno de no haber encontrado el sitio inicialmente fue que caminamos
casi hasta Chacaito en su búsqueda, y todas las conversaciones que en esa
“promenade” navideña en Caracas en las que nos referíamos cada uno de nosotros
de las distintas épocas nos generaban grata recordación, ello a pesar del
contrate con la actual realidad.
Yo solo pude hacer memoria a mediados de los 80 cuando el metro llegaba a Chacaito y luego
hacia el este había que tomar camionetica, así como uno que otro recuerdo de haber ido de niño con papá y mamá
a caminar por allí, también en navidad, Geraldine en todos caso debió ser bebé
por que no la evoco en mis recuerdos. También un recuerdo muy lejano de haber
pasado por allí con mi tía Marina y mis primas Lorena y Eliana, que creo que
les gustaba ir a un lugar donde se patinaba. Otra actividad muy navideña y por
demás caraqueña que se perdió, u otra vez, no las robaron.
Rigo si pudo hablar de los años 50, 60, 70 y claro hasta
hoy en día, del Gran Café, de los grandes locales, incluso recordaba la época
en que ese era un lugar especial por parte de la “recluta” en el que a los
jóvenes se les “cazaba” para el servicio militar obligatorio. Que dicho sea de
paso a este asunto, al del servicio militar obligatorio, Rigo le destinó
algunas reflexiones mayores, en especial sobre la importancia de que no pueden
estar los jóvenes ciudadanos por allí sin ser útiles a la patria, que debería
implementarse algo similar, pero con un componente y una variante muy
importante, que en vez de ser el “servicio militar obligatorio”, se instituya
el “servicio civil necesario”, recalcando que contrariamente al militar, del
que refiriese, es ese errado concepto de militarismo latinoamericano el que ha
sido motivo de nuestros mayores pesares ya que quienes entran en él, no
resultan sino seres en los que se les inculcan erróneas ideas y sentires, que no
son luego más que productos al servicio del abuso del poder, del atraso, de la
servil sumisión y del resentimiento, todo lo cual es evidente en nuestros
pueblos.
Afirmaba Rigo que con un sistema de “Servicio Civil
Necesario”, todos aquellos jóvenes que en determinado momento no se encontrasen
estudiando o trabajando, tendrían estancias en las que se les inculcaran
valores republicanos y democráticos, nuestra importante historia y nuestro héroes,
verdaderos héroes como lo fueron Roscio y Vargas entre muchos otros, el valor del
esfuerzo, del trabajo y del estudio. Luego
de esa estancia se les recompensaría con su bien merecida remuneración,
estancia y proyecto voluntario del que siempre podrán los participantes
renunciar si bien desean, claro está que deben entender que no serían
acreedores de la remuneración al no cumplir con sus obligaciones, de esa manera
desde los primeros momentos se tendrá más que el conocimiento, la convicción del
mérito al cumplimiento del deber y el asumir con responsabilidad las tareas del
día a día y las consecuencias del incumplimiento de los compromisos asumidos.
Llegamos al lugar, se puso es suspenso la conversación,
no sin antes asumir la obligación de retomarla con mayores detalles en el 2017.
Nos cominos unos excelentes golfeados recién salidos, como siempre
espectaculares. Nos despedimos, Nos invitó Ramón a ir a un juego, Yo dije que
me encantaría, pero tenía que preparar maletas ya que salía de viaje temprano
el mismo 24 a ver a mi familia, especialmente a mi hermana y a mis sobrinas,
que hacía ya tiempo, cuatro años, que no nos veíamos, y acordamos coincidir en
esta navidad.
Rigo interrumpió: “muy parecido a como ocurrió durante los
regímenes dictatoriales de España, Italia, Alemania, en Argentina, y más
recientemente en Cuba y otros casos más cercanos. De de los logros más
evidentes, y permanentes, de las dictaduras están el de separar a las familias”.
Para dónde viajas me preguntó, “para Miami, ciudad con la
que tengo una especial relación amor-odio, me gusta y a la vez no, llego, la
paso espectacularmente bien, amistades y familiares de lo más atentos, mucho
cariño y amistad, pero solo lo soporto por pocos días, y no dejo de contar las
horas para volver a Venezuela”
Rigo: “los Venezolanos con Venezuela también tenemos esa
extraña relación amor odio, esperemos que el amor triunfe y que luego de
rescatar el país de sus secuestradores podemos llevarlo adelante sin rencores,
no estamos para seguir dañándonos… Por cierto, la relación entre Venezuela y
Miami es algo longevo ya, les recomiendo
vean un documental llamado “Mayami nuestro”, háganlo y luego conversamos, les
dejo el enlace: https://www.youtube.com/watch?v=1SCbDgB4Ifc&t=1111s
Nos dimos un abrazo, Rigo entró en la estación del metro
de Sabana Grande, Ramón iba para el juego, feliz navidad, nos dijimos, feliz
año, luego Rigo de dio media vuelta y expresó: “tal vez nos veamos en Weston,
los Domínguez Penso, darán una buena fiesta con agradables amigos”.
Feliz navidad…….. Allá conversamos…