Hace unas
noches al salir del cine, (fui a ver Relatos Salvajes, recomendable, - que
trágica premonición el relato inicial del avión, muy lamentable catástrofe-) caminaba hacia la salida y
delante de mi observo al caballero de lento caminar, pero muy erguido, con
bastón, nuevamente nuestro personaje…
Don
Rigo…..cómo le va? Le pregunté…. Inmediatamente responde…amigo Roberto… mi
chino…, muy muy bien, aquí, saliendo del
cine, estas noches Caraqueñas están sabrosas para salir.
Qué vio Don
Rigo? Relatos Salvajes?......, respondió: Noooo… las 50 Sombras de Grey….., la
viste ya?.... no he tenido la oportunidad, próximamente lo haré, que tal es? Le
repliqué….
Uy….. Tienes
tiempo para sentarnos y te cuento?, nuevamente de forma inmediata respondió…
Accedí.
A ver chino,
te cuento. No puedo negar que estaba bastante interesado, expectante y ansioso
de verla, por una parte a todo el alboroto que ha causado la obra que según
dicen más que una historia rosa es una historia colorada a muy roja en cuanto a
las pasiones y el amor, no la he leído ya que no es mi tipo, pero te reitero,
ante la mucha alharaca, no podía dejar
pasar verla, ya sabes bien mi especial interés en esos temas.
Al llegar
al cine mi interés y emoción aumentó al
ver que más del 80% de las asistentes eran damas. Muchas damas, bellas damas, y
una que otra parejita que de reojo podía ver en una especie de actitud cómplice
que lo que se veía iban a hacer era copiar recetarios para sus actividades
amatorias, a pesar de estar emocionado creo que era el único que no había leído
el libro ya que lo que se percibía en el ambiente era un raro halo de recato y
nerviosismo mezclado con implícita pero tácita concupiscencia, así como cuando
varias extrañas parejas coinciden en el lobby de un motel esperando les sea asignado
su nido de amor, que todos saben a lo que van, no quieren ser reconocidos pero
a la vez de manera discreta voltean a tratar de ver a sus vecinos y
acompañantes, bueno, así.
Nos toca
ingresar a la sala y bendecido por la providencia el puesto que me toco era en
el medio de los de siete bellas damas que fueron juntas, hermosas, desde la
menor, que parecía tener 18 años recién cumplidos hasta otra de sesenta y algo
que parecían muy bien vividos, de como se comportaban creo que hasta madre e
hija fueron a ver la película juntas,
puede alcanzar medianamente que a una de ellas la llamaban algo así como Micaela y a otra bella de pelo
negro algo como Graciela.
En frente
de mi, tres parejitas muy acarameladas,
no se quienes estaban más expectantes, si ellos esperando la película o yo,
esperando verlos a ellos y su reacción con la película, recuerda todo lo que
habían dicho de ella, de amantes que daban rienda suelta a sus pasiones en
plena función, incluso de damas a las que la autosatisfacción era necesaria.
Fue
entonces en el momento que se apagaron las luces y durante la sección de la
publicidad que decidí que me convertiría en un crítico más que de la película
per se, de todo su contexto, sus expectativas, la reacción de los espectadores,
y valga aquí diferenciar, de las espectadoras, pues así efectivamente hice, y
tu, amigo, tu, chino Hung, eres el primero en recibir mis impresiones y
opiniones preliminares y cortas ya que no hace más de 15 minutos que salí de la
función, siempre podré ahondar un poco más, pero déjame que te cuente.
De todo lo
que observé puedo dividir mi análisis en 3 secciones, que son:
1.- Sobre
la película de manera general.
2.- Sobre
sus personajes, principalmente el muchacho Christian Gray.
3.- Sobre
los espectadores y sus expectativas.
Comencemos:
En primer
lugar, sobre la película en general. En realidad no pudieron ponerle un nombre
más apropiado porque es una de las películas más grises que he visto, apagada,
cincuenta veces gris, es más nunca empezó, pasaban y pasaban los minutos hasta
que terminó y nunca su trama se hizo presente.
Ojo, debo
advertir nuevamente que nunca leí el libro, así que no tuve jamás la expectativa propia de quien lee
el libro y que sea un buen libro y luego lo compara con la película, aquí entonces
dos cosas, para quienes leyeron el libro y si es muy bueno como he escuchado, a
pesar que es de un género que no es de mi tipo, creo que salieron muy, pero muy
desilusionados, pero conversaré con alguien que lo haya leído a ver que me
dice, es mi opinión preliminar. En el segundo caso, aquellos que no leyeron el
libro, los libros, porque también escuché que son más de uno, como es mi caso,
sabes qué?, igual desilusionado y además… pues no creo que lea el libro, ni el
uno, ni el dos, ni el tres.
Efectivamente
es muy difícil lograr en una película el efecto que causa un buen libro, y es
importante destacar que no es en ningún momento culpa de los muchachos actores
que son muy buenos, pero es que los personajes son de lo peor, en especial el
Grey ese, es por eso que lo desarrollaremos aparte.
En términos
generales, muy muy mala la película, la trama, peor, no puedo afirmar si sigue
la expuesta por el libro, de ser así,
otra vez, otro libro que no vale la pena leer, y otra vez, esa es mi opinión,
al parecer querían recrear el efecto la sensación, la vivencia de Nueve Semanas
y Media y no resultó más que en un mal intento, y feo. Recuerdas la película
“The Thomas Crown Affair”, la escena del planeador, bueno, la copiaron, pero
muy mal, creyeron que nadie sabría de ese antecedente?. Te acuerdas de las
escenitas de los correos entre Meg Ryan y Tom Hanks en “you have an e-mail?”, en
la que aparecían al margen de la pantalla lo que se escribían? pues así, en
aquella película bien, aquí, no. Patético no?.
Nuestro
segundo punto, esencialmente el muchacho GREY,
igual apreciación sobre su nombre, personaje gris, película gris, será que en
el libro también es gris? En realidad no despierta nada, no físicamente, eso es
otra cosa, sino toda aquella gran cosa sobre sus prácticas amatorias extremas,
puro blof, más que un verdadero apasionado por los placeres carnales , amor
fuerte y prácticas sado, su perfil y práctica se identifican más a las
excentricidades propias del nuevoriquismo y los recién vestidos que desde los
griegos y antes han existido, de esos que en muchas sociedades se ven que son
producto de riquezas súbitas, pero únicamente dinerarias, ya que en otros
aspectos se quedaron en la absoluta primitividad, el tipo buen parecido, muchos
carros, muchos edificios, helicópteros, chofer y no tendrá muchos
guardaespaldas ya que está ambientado en un lugar que se ve que no hay el
riesgo ni de perder el estuche de los lentes en el metro, como me pasó a mí una
vez en Caracas cuando me monté en la estación Los Cortijos, pero es evidente
que ese chico Grey, igual que muchos otros, hace un par de años no comían con
cubiertos y hoy siquiera saben hacerlo, ojo, no porque no quieran, sino porque
esas prácticas, pensaban en esos tiempos que no tenían dinero, eran propias de
sifrinitos dandies, típico caso de
resentimiento, además de megalomanía, lo que faltaba era poner su imagen en
todos sus emblemas.
Obsérvese
que lo ponen como gran empresario y hasta benefactor de la universidad donde se
gradúa la señorita Steele, que es el personaje de la chica, muy bien
interpretada, el problema es el papel. Pues bueno, jamás en la trama señalan
exactamente su verdadera profesión o la actividad económica que desarrolla,
abogado no es, empresario, no sé en qué área, si mal no recuerdo haber
entendido algo de bienes raíces, pero bien puede ser finanzas o la bolsa, de
verdad que en Nueve Semanas y Media supieron crear la trama mejor con el papel
que interpretó Rourke como John GRAY. Vas
ya entendiendo el refrito de la trama y falta de originalidad, de la película
digo, no he leído el, los libros, pero bien pudieron tomar otro nombre, o su
adaptación, incluso inspirarse en personajes reales que se identificarían más con
el perfil que querían darle al personaje de la novela, sobre todo en cuanto su
intensidad en las relaciones con el sexo opuesto, los amigos Santoni y
Rubirosa, famosos en mi época, incluso los conocí a los dos y hasta en buenas
fiestas coincidimos, Espartaco Santoni y Porfirio Rubirosa, vaya que personajes.
Ojo, no
tengo crítica alguna sobre las riquezas que bien puedan amasar las personas ni
a la buena posición económica, de un particular ni de su entorno familiar, es más,
siquiera que provenga de manera súbita, siempre que sea de manera lícita, lo
que cada vez es más difícil de ver en estos tiempos. Siempre uno debe tratar de
superarse a sí mismo y procurar solvencia y comodidad patrimonial económica,
pero sin dañar a otros; por el contrario, ayudar a otros, a tu entorno a crecer
contigo te hace más grande, tampoco adverso ni me molesta que un caballero se
valga de la ayuda de esos instrumentos materiales, autos, varios; inmuebles,
varios; aviones, yates, buen vestir, con el fin de atraer la atención de la
dama, pero que de mal gusto, por no decir desperdicio que esas ayudas, en
efecto importantes, no sean precedidas de un comportamiento ejemplar con
tendencia a la virtud propia del buen varón y sin ánimo alguno de atropello a
otros, y si además ello, existe un plus de buena conversación, buena actitud, inteligencia
y preparación, no necesariamente académica sino de vida virtuosa, a ese hombre
no se le cierra ninguna puerta, y si alguna no la pudiese abrir, muchas otras y
sepa que mejores, le aguardaran, en todos los sentidos. Si conoce varios
idiomas, historia y geografía general, agárrese mundo.
Nuestro amigo
Grey, en la película, no sé en los libros, en fin, el muchacho, el personaje
tiene problemas, y uno en particular muy grave, no es precisamente el de su
aproximación a las actividades amatorias con tendencia al sado masoquismo, no,
esa no es, ya que en definitiva en relaciones de intimidad entre personas, no debe
existir otro límite que el que ellas mismas se impongan, libre y
conscientemente.
Su problema
es otro. En la película, el personaje se presenta como incapaz de amar, le dice
a la chica y le asegura simplemente que no ama, que no es capaz de pasar la
noche y dormir con alguien, que de modo alguno incurre en esas prácticas
normales de salir en una cita, ir al cine, a una cena a bailar. Pues no pasa ni
un día en la trama de la película, y este personaje no hace más que quedar como
un blandengue, se vuelve como dicen una melcocha, no solo que amaneció prácticamente
acurrucado sino que es pura besuqueadera y sobadera, resultó mucho más rosa que
el duro “H” en Tres Metros Sobre el Cielo, y lo que es peor, el supuesto
contrato que le presenta a la Srta. Steele para someterla a sus dominios, no
solo que ella jamás lo firma, sino que él mismo, solito se desbarató, se
deshizo, y con él, aguas abajo, toda esa imbecilidad del contrato como supuesto
“dominador”, puras patrañas. El personaje no es más que como muchos otros que
solemos observar día a día en nuestras sociedades, no es nada más que un vulgar
farsante, embaucador, mitómano, megalómano y sociópata egocéntrico, pero con
dinero y poder, (en la trama de la película), como podemos observar, el muchacho
está mal, la parte de su conducta en sus relaciones de intimidad es lo menos frente
a todas sus otras patologías.
A un personaje
como este en la vida real, efectivamente le recomendaría tratarse y que
trabajara mucho su problema de megalomanía y egocentrismo, pero en nada sobre
sus prácticas sexuales, ya que lo que resulta más que evidente que este amigo
no ha tenido la oportunidad de conocer a alguien que como dicen por estos lares
lo ponga a pasar aceite, se imaginan que lo agarre una venezolana?, una caraqueñita
o una maracayera, valenciana, una gocha, sea de San Cristóbal, Mérida o cerca
de Valera en Trujillo?. Que tal una Oriental?, de Puerto la Cruz, margariteña,
cumanesa o de Carúpano?, tierra que vio nacer a Santoni. Tal vez un poco más
abajo, de donde nuestros amigos de Pariaguán. Seguro que si va a Ciudad Bolívar,
ya se hubiese comido la cabeza de la sapoara. Noooo, peor, una Guara, por último, si le toca una maracucha el que va
a llevar fuete es él, lo importante es que el menor de sus problemas o
desviaciones es el de las prácticas intimas.
(Riiinnggg……..
Riinnnnnggg……. –teléfono celular sonando-)
Un caballero Atiende.... Si? Aló?. con Don Rigo? aquí se lo paso... Don Rigo... es para Usted.
Rigo: … Hola. Cómo estás?
Rigo: … Hola. Cómo estás?
Chino, ya te sigo el cuento…. Déjame atender esta llamada que es de bastante
interés, discúlpame que te deje así, considera lo dicho la primera parte. Ya vuelvo
para continuar con otras reflexiones que ahora es que se pone picante el
cuento..
Tranquilo,
espero.
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