domingo, 5 de abril de 2015

La deconstrucción de las sombras de Grey por Don Rigo


Hace unas noches al salir del cine, (fui a ver Relatos Salvajes, recomendable, - que trágica premonición el relato inicial del avión, muy lamentable  catástrofe-) caminaba hacia la salida y delante de mi observo al caballero de lento caminar, pero muy erguido, con bastón, nuevamente nuestro personaje…

Don Rigo…..cómo le va? Le pregunté…. Inmediatamente responde…amigo Roberto… mi chino…, muy muy bien,  aquí, saliendo del cine, estas noches Caraqueñas están sabrosas para salir.

Qué vio Don Rigo? Relatos Salvajes?......, respondió: Noooo… las 50 Sombras de Grey….., la viste ya?.... no he tenido la oportunidad, próximamente lo haré, que tal es? Le repliqué….

Uy….. Tienes tiempo para sentarnos y te cuento?, nuevamente de forma inmediata respondió… Accedí.

A ver chino, te cuento. No puedo negar que estaba bastante interesado, expectante y ansioso de verla, por una parte a todo el alboroto que ha causado la obra que según dicen más que una historia rosa es una historia colorada a muy roja en cuanto a las pasiones y el amor, no la he leído ya que no es mi tipo, pero te reitero, ante la mucha alharaca,  no podía dejar pasar verla, ya sabes bien mi especial interés en esos temas.

Al llegar al cine mi  interés y emoción aumentó al ver que más del 80% de las asistentes eran damas. Muchas damas, bellas damas, y una que otra parejita que de reojo podía ver en una especie de actitud cómplice que lo que se veía iban a hacer era copiar recetarios para sus actividades amatorias, a pesar de estar emocionado creo que era el único que no había leído el libro ya que lo que se percibía en el ambiente era un raro halo de recato y nerviosismo mezclado con implícita pero tácita concupiscencia, así como cuando varias extrañas parejas coinciden en el lobby de un motel esperando les sea asignado su nido de amor, que todos saben a lo que van, no quieren ser reconocidos pero a la vez de manera discreta voltean a tratar de ver a sus vecinos y acompañantes, bueno, así.

Nos toca ingresar a la sala y bendecido por la providencia el puesto que me toco era en el medio de los de siete bellas damas que fueron juntas, hermosas, desde la menor, que parecía tener 18 años recién cumplidos hasta otra de sesenta y algo que parecían muy bien vividos, de como se comportaban creo que hasta madre e hija  fueron a ver la película juntas, puede alcanzar medianamente que a una de ellas la llamaban  algo así como Micaela y a otra bella de pelo negro algo como Graciela.

En frente de mi, tres parejitas muy  acarameladas, no se quienes estaban más expectantes, si ellos esperando la película o yo, esperando verlos a ellos y su reacción con la película, recuerda todo lo que habían dicho de ella, de amantes que daban rienda suelta a sus pasiones en plena función, incluso de damas a las que la autosatisfacción era necesaria.

Fue entonces en el momento que se apagaron las luces y durante la sección de la publicidad que decidí que me convertiría en un crítico más que de la película per se, de todo su contexto, sus expectativas, la reacción de los espectadores, y valga aquí diferenciar, de las espectadoras, pues así efectivamente hice, y tu, amigo, tu, chino Hung, eres el primero en recibir mis impresiones y opiniones preliminares y cortas ya que no hace más de 15 minutos que salí de la función, siempre podré ahondar un poco más, pero déjame que te cuente.

De todo lo que observé puedo dividir mi análisis en 3 secciones, que son:

1.- Sobre la película de manera general.
2.- Sobre sus personajes, principalmente el muchacho Christian Gray.
3.- Sobre los espectadores y sus expectativas.

Comencemos:

En primer lugar, sobre la película en general. En realidad no pudieron ponerle un nombre más apropiado porque es una de las películas más grises que he visto, apagada, cincuenta veces gris, es más nunca empezó, pasaban y pasaban los minutos hasta que terminó y nunca su trama se hizo presente.

Ojo, debo advertir nuevamente que nunca leí el libro, así que no  tuve jamás la expectativa propia de quien lee el libro y que sea un buen libro y luego lo compara con la película, aquí entonces dos cosas, para quienes leyeron el libro y si es muy bueno como he escuchado, a pesar que es de un género que no es de mi tipo, creo que salieron muy, pero muy desilusionados, pero conversaré con alguien que lo haya leído a ver que me dice, es mi opinión preliminar. En el segundo caso, aquellos que no leyeron el libro, los libros, porque también escuché que son más de uno, como es mi caso, sabes qué?, igual desilusionado y además… pues no creo que lea el libro, ni el uno, ni el dos, ni el tres.

Efectivamente es muy difícil lograr en una película el efecto que causa un buen libro, y es importante destacar que no es en ningún momento culpa de los muchachos actores que son muy buenos, pero es que los personajes son de lo peor, en especial el Grey ese, es por eso que lo desarrollaremos aparte.

En términos generales, muy muy mala la película, la trama, peor, no puedo afirmar si sigue la expuesta por el libro,  de ser así, otra vez, otro libro que no vale la pena leer, y otra vez, esa es mi opinión, al parecer querían recrear el efecto la sensación, la vivencia de Nueve Semanas y Media y no resultó más que en un mal intento, y feo. Recuerdas la película “The Thomas Crown Affair”, la escena del planeador, bueno, la copiaron, pero muy mal, creyeron que nadie sabría de ese antecedente?. Te acuerdas de las escenitas de los correos entre Meg Ryan y Tom Hanks en “you have an e-mail?”, en la que aparecían al margen de la pantalla lo que se escribían? pues así, en aquella película bien, aquí, no. Patético no?.

Nuestro segundo punto, esencialmente el muchacho GREY, igual apreciación sobre su nombre, personaje gris, película gris, será que en el libro también es gris? En realidad no despierta nada, no físicamente, eso es otra cosa, sino toda aquella gran cosa sobre sus prácticas amatorias extremas, puro blof, más que un verdadero apasionado por los placeres carnales , amor fuerte y prácticas sado, su perfil y práctica se identifican más a las excentricidades propias del nuevoriquismo y los recién vestidos que desde los griegos y antes han existido, de esos que en muchas sociedades se ven que son producto de riquezas súbitas, pero únicamente dinerarias, ya que en otros aspectos se quedaron en la absoluta primitividad, el tipo buen parecido, muchos carros, muchos edificios, helicópteros, chofer y no tendrá muchos guardaespaldas ya que está ambientado en un lugar que se ve que no hay el riesgo ni de perder el estuche de los lentes en el metro, como me pasó a mí una vez en Caracas cuando me monté en la estación Los Cortijos, pero es evidente que ese chico Grey, igual que muchos otros, hace un par de años no comían con cubiertos y hoy siquiera saben hacerlo, ojo, no porque no quieran, sino porque esas prácticas, pensaban en esos tiempos que no tenían dinero, eran propias de sifrinitos  dandies, típico caso de resentimiento, además de megalomanía, lo que faltaba era poner su imagen en todos sus emblemas.

Obsérvese que lo ponen como gran empresario y hasta benefactor de la universidad donde se gradúa la señorita Steele, que es el personaje de la chica, muy bien interpretada, el problema es el papel. Pues bueno, jamás en la trama señalan exactamente su verdadera profesión o la actividad económica que desarrolla, abogado no es, empresario, no sé en qué área, si mal no recuerdo haber entendido algo de bienes raíces, pero bien puede ser finanzas o la bolsa, de verdad que en Nueve Semanas y Media supieron crear la trama mejor con el papel que interpretó Rourke como John GRAY. Vas ya entendiendo el refrito de la trama y falta de originalidad, de la película digo, no he leído el, los libros, pero bien pudieron tomar otro nombre, o su adaptación, incluso inspirarse en personajes reales que se identificarían más con el perfil que querían darle al personaje de la novela, sobre todo en cuanto su intensidad en las relaciones con el sexo opuesto, los amigos Santoni y Rubirosa, famosos en mi época, incluso los conocí a los dos y hasta en buenas fiestas coincidimos, Espartaco Santoni y Porfirio Rubirosa, vaya que personajes.

Ojo, no tengo crítica alguna sobre las riquezas que bien puedan amasar las personas ni a la buena posición económica, de un particular ni de su entorno familiar, es más, siquiera que provenga de manera súbita, siempre que sea de manera lícita, lo que cada vez es más difícil de ver en estos tiempos. Siempre uno debe tratar de superarse a sí mismo y procurar solvencia y comodidad patrimonial económica, pero sin dañar a otros; por el contrario, ayudar a otros, a tu entorno a crecer contigo te hace más grande, tampoco adverso ni me molesta que un caballero se valga de la ayuda de esos instrumentos materiales, autos, varios; inmuebles, varios; aviones, yates, buen vestir, con el fin de atraer la atención de la dama, pero que de mal gusto, por no decir desperdicio que esas ayudas, en efecto importantes, no sean precedidas de un comportamiento ejemplar con tendencia a la virtud propia del buen varón y sin ánimo alguno de atropello a otros, y si además ello, existe un plus de buena conversación, buena actitud, inteligencia y preparación, no necesariamente académica sino de vida virtuosa, a ese hombre no se le cierra ninguna puerta, y si alguna no la pudiese abrir, muchas otras y sepa que mejores, le aguardaran, en todos los sentidos. Si conoce varios idiomas, historia y geografía general, agárrese mundo.

Nuestro amigo Grey, en la película, no sé en los libros, en fin, el muchacho, el personaje tiene problemas, y uno en particular muy grave, no es precisamente el de su aproximación a las actividades amatorias con tendencia al sado masoquismo, no, esa no es, ya que en definitiva en relaciones de intimidad entre personas, no debe existir otro límite que el que ellas mismas se impongan, libre y conscientemente.

Su problema es otro. En la película, el personaje se presenta como incapaz de amar, le dice a la chica y le asegura simplemente que no ama, que no es capaz de pasar la noche y dormir con alguien, que de modo alguno incurre en esas prácticas normales de salir en una cita, ir al cine, a una cena a bailar. Pues no pasa ni un día en la trama de la película, y este personaje no hace más que quedar como un blandengue, se vuelve como dicen una melcocha, no solo que amaneció prácticamente acurrucado sino que es pura besuqueadera y sobadera, resultó mucho más rosa que el duro “H” en Tres Metros Sobre el Cielo, y lo que es peor, el supuesto contrato que le presenta a la Srta. Steele para someterla a sus dominios, no solo que ella jamás lo firma, sino que él mismo, solito se desbarató, se deshizo, y con él, aguas abajo, toda esa imbecilidad del contrato como supuesto “dominador”, puras patrañas. El personaje no es más que como muchos otros que solemos observar día a día en nuestras sociedades, no es nada más que un vulgar farsante, embaucador, mitómano, megalómano y sociópata egocéntrico, pero con dinero y poder, (en la trama de la película), como podemos observar, el muchacho está mal, la parte de su conducta en sus relaciones de intimidad es lo menos frente a todas sus otras patologías.

A un personaje como este en la vida real, efectivamente le recomendaría tratarse y que trabajara mucho su problema de megalomanía y egocentrismo, pero en nada sobre sus prácticas sexuales, ya que lo que resulta más que evidente que este amigo no ha tenido la oportunidad de conocer a alguien que como dicen por estos lares lo ponga a pasar aceite, se imaginan que lo agarre una venezolana?, una caraqueñita o una maracayera, valenciana, una gocha, sea de San Cristóbal, Mérida o cerca de Valera en Trujillo?. Que tal una Oriental?, de Puerto la Cruz, margariteña, cumanesa o de Carúpano?, tierra que vio nacer a Santoni. Tal vez un poco más abajo, de donde nuestros amigos de Pariaguán. Seguro que si va a Ciudad Bolívar, ya se hubiese comido la cabeza de la sapoara. Noooo, peor, una Guara,  por último, si le toca una maracucha el que va a llevar fuete es él, lo importante es que el menor de sus problemas o desviaciones es el de las prácticas intimas.

(Riiinnggg…….. Riinnnnnggg……. –teléfono celular sonando-)

Un caballero Atiende.... Si? Aló?. con Don Rigo? aquí se lo paso... Don Rigo... es para Usted.

Rigo: … Hola. Cómo estás?

Chino,  ya te sigo el cuento….  Déjame atender esta llamada que es de bastante interés, discúlpame que te deje así, considera lo dicho la primera parte. Ya vuelvo para continuar con otras reflexiones que ahora es que se pone picante el cuento..


Tranquilo, espero.

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