martes, 27 de diciembre de 2016

Navidad venezolana caraqueña entre Sabana Grande y Weston



Casualidades?

23 de diciembre de 2016 (1:05 pm). Hay que desayunar / almorzar algo, el alicoramiento de la faena anterior  era propio de la época de la democracia en Venezuela, tal vez era, o así se sentía por la añoranza del verdadero país de hace apenas una década y algo más cuando existía navidad, aún no nos la habían secuestrado.

Más que una celebración navideña, la sensación, era y es de los venezolanos una manifestación de añoranza y luto, una petición colectiva, cada vez menos tácita, cada vez mucho más expresa de que hay que recuperar no solo nuestra navidad sino nuestro país.

Pasando por Plaza Venezuela, suena el teléfono: “Doc. ¿Qué comemos? ¿Por dónde anda?” ¿Qué le parece Da Guido?”; “perfecto. En 15 minutos allí”.

No creo necesario comentar aquí lo cutre y destruido de la ciudad de Caracas, en especial la zona de plaza Venezuela y Sabana Grande, otrora fastosos foros de la navidad caraqueña, lo que agrava más y pone en mayor evidencia la situación de su secuestro, pero lo cierto es que el local ese día particular fue un mayor oasis dentro de tal cutricidad y ruina en que se encuentra la ciudad, no solo estructural y arquitectónicamente, sino en su alma, su espíritu, en la caraqueñidad y que lastimosamente ha devenido en caraqueñaje (RCC dixit)

En fin, consomé, par de frías para hacer más llevadero el cierre de la rutina de la noche anterior. No nos detendremos en la comida, como siempre muy buena, la atención espectacular. El tema, el comensal de al lado, nuestro amigo Rigo, buena conversación.

Llegó el momento de elegir, café o postre,  y la sabia intervención: “Solo la cuenta por favor”, se dirige hacia Ramón y a mí: “caminemos Sabana Grande, comamos unos golfeados en Pan 900”, “creo que la ocasión es apropiada, el caminar por el Boulevard es una de las prácticas navideñas del caraqueño que se han perdido, o no las han robado, al cual como hemos sido testigo de recientes expolios en la zona”.

A pesar de la cercanía de ambos lugares, inicialmente no  pudimos encontrar el lugar, entre otras cosas porque al parecer los carteles de identificación se los han robado. Pero lo bueno de no haber encontrado el sitio inicialmente fue que caminamos casi hasta Chacaito en su búsqueda, y todas las conversaciones que en esa “promenade” navideña en Caracas en las que nos referíamos cada uno de nosotros de las distintas épocas nos generaban grata recordación, ello a pesar del contrate con la actual realidad.

Yo solo pude hacer memoria a mediados de los 80  cuando el metro llegaba a Chacaito y luego hacia el este había que tomar camionetica, así como uno que otro  recuerdo de haber ido de niño con papá y mamá a caminar por allí, también en navidad, Geraldine en todos caso debió ser bebé por que no la evoco en mis recuerdos. También un recuerdo muy lejano de haber pasado por allí con mi tía Marina y mis primas Lorena y Eliana, que creo que les gustaba ir a un lugar donde se patinaba. Otra actividad muy navideña y por demás caraqueña que se perdió, u otra vez, no las robaron.

Rigo si pudo hablar de los años 50, 60, 70 y claro hasta hoy en día, del Gran Café, de los grandes locales, incluso recordaba la época en que ese era un lugar especial por parte de la “recluta” en el que a los jóvenes se les “cazaba” para el servicio militar obligatorio. Que dicho sea de paso a este asunto, al del servicio militar obligatorio, Rigo le destinó algunas reflexiones mayores, en especial sobre la importancia de que no pueden estar los jóvenes ciudadanos por allí sin ser útiles a la patria, que debería implementarse algo similar, pero con un componente y una variante muy importante, que en vez de ser el “servicio militar obligatorio”, se instituya el “servicio civil necesario”, recalcando que contrariamente al militar, del que refiriese, es ese errado concepto de militarismo latinoamericano el que ha sido motivo de nuestros mayores pesares ya que quienes entran en él, no resultan sino seres en los que se les inculcan erróneas ideas y sentires, que no son luego más que productos al servicio del abuso del poder, del atraso, de la servil sumisión y del resentimiento, todo lo cual es evidente en nuestros pueblos.

Afirmaba Rigo que con un sistema de “Servicio Civil Necesario”, todos aquellos jóvenes que en determinado momento no se encontrasen estudiando o trabajando, tendrían estancias en las que se les inculcaran valores republicanos y democráticos, nuestra importante historia y nuestro héroes, verdaderos héroes como lo fueron Roscio y Vargas entre muchos otros, el valor del esfuerzo, del trabajo y del estudio.  Luego de esa estancia se les recompensaría con su bien merecida remuneración, estancia y proyecto voluntario del que siempre podrán los participantes renunciar si bien desean, claro está que deben entender que no serían acreedores de la remuneración al no cumplir con sus obligaciones, de esa manera desde los primeros momentos se tendrá más que el conocimiento, la convicción del mérito al cumplimiento del deber y el asumir con responsabilidad las tareas del día a día y las consecuencias del incumplimiento de los compromisos asumidos.

Llegamos al lugar, se puso es suspenso la conversación, no sin antes asumir la obligación de retomarla con mayores detalles en el 2017. Nos cominos unos excelentes golfeados recién salidos, como siempre espectaculares. Nos despedimos, Nos invitó Ramón a ir a un juego, Yo dije que me encantaría, pero tenía que preparar maletas ya que salía de viaje temprano el mismo 24 a ver a mi familia, especialmente a mi hermana y a mis sobrinas, que hacía ya tiempo, cuatro años, que no nos veíamos, y acordamos coincidir en esta navidad.

Rigo interrumpió: “muy parecido a como ocurrió durante los regímenes dictatoriales de España, Italia, Alemania, en Argentina, y más recientemente en Cuba y otros casos más cercanos. De de los logros más evidentes, y permanentes, de las dictaduras están el de separar a las familias”.

Para dónde viajas me preguntó, “para Miami, ciudad con la que tengo una especial relación amor-odio, me gusta y a la vez no, llego, la paso espectacularmente bien, amistades y familiares de lo más atentos, mucho cariño y amistad, pero solo lo soporto por pocos días, y no dejo de contar las horas para volver a Venezuela”

Rigo: “los Venezolanos con Venezuela también tenemos esa extraña relación amor odio, esperemos que el amor triunfe y que luego de rescatar el país de sus secuestradores podemos llevarlo adelante sin rencores, no estamos para seguir dañándonos… Por cierto, la relación entre Venezuela y Miami es algo  longevo ya, les recomiendo vean un documental llamado “Mayami nuestro”, háganlo y luego conversamos, les dejo el enlace: https://www.youtube.com/watch?v=1SCbDgB4Ifc&t=1111s

Nos dimos un abrazo, Rigo entró en la estación del metro de Sabana Grande, Ramón iba para el juego, feliz navidad, nos dijimos, feliz año, luego Rigo de dio media vuelta y expresó: “tal vez nos veamos en Weston, los Domínguez Penso, darán una buena fiesta con agradables amigos”.


Feliz navidad…….. Allá conversamos…

1 comentario:

  1. Increíble reflexión, sobre todo cuando se remontan a la época de la post guerra de Europa, sin ir muy lejos, yo soy hija de dos inmigrantes españoles que huían de los estragos, la falta de oportunidades y el hambre..... Eso mismo vivimos miles de venezolano hoy en día, regados por el mundo, separados de todo lo que fuimos, construyendo una nueva historia donde nadie nos conoce y a pocos conocemos.

    ResponderBorrar